06 octubre, 2010

Mi discernimiento personal (Héctor Saravia Márquez)

Comunidad CVX Louis Paulussen SJ

Quiero compartir con Uds. mi experiencia de discernimiento personal. Proceso que me tomo un buen tiempo, que implicó búsquedas, dudas, y que mirando el camino recorrido veo que es el Señor quien me ha ido conduciendo, guiando, en la búsqueda de su voluntad.

Esta experiencia se inicia con...
los de EE en la Vida Diaria que hice de abril del 2006 a febrero del 2007. Los EE los inicié con mucho ánimo porque sentía la necesidad  de “retomar” las riendas de mi vida, así, sin nada planificado, sólo con las ganas de encontrarme con el Señor…

El fruto de estos EE fue de recibir la gracia de descubrir y aceptar que el Señor me quiere a su servicio; esta gracia daba “respuesta” a la búsqueda que venía haciendo. Pero al mismo tiempo, me planteaba algunas preguntas que requerían de respuestas concretas: ¿cómo será mi compromiso de servicio?, ¿cómo voy a servir al Señor?, ¿en quiénes le voy a servir?.

Así, la primera decisión que tomé fue hacer mis Compromisos Permanentes en la CVX, como una manera concreta de disponerme al servicio del Señor por medio de los demás. Por otro lado, confirmé que mi campo de acción sería la Educación, profesión que vengo desempeñando desde hace mucho tiempo; por ello, la segunda decisión, fue seguir estudios de maestría en Gestión Educativa, como una manera concreta de estar en capacidad de dar un servicio más eficiente y eficaz.

Con respecto a esto último, les puedo comentar lo bonito que siente cuando se sabe claramente para qué  uno inicia estudios: sé para qué estudio, sé que debo ser el mejor, no para ganar la medalla, sino para dar el mejor servicio; y, porque me gusta estudiar.

Durante mis estudios, es a través de mis compañeros de clase, quienes son docentes del estado, que pude conocer más de cerca la realidad educativa de nuestro país: docentes poco capacitados, problemas burocráticos que limitan su labor profesional, docentes con baja autoestima, docentes desmotivados por las bajas remuneraciones, un gobierno central que no apoya la educación, escuelas sin infraestructura apropiada, y la lista sigue… frente a esta realidad educativa, ¿qué me pide el Señor que haga?

Me detengo un momento aquí para retomar algunas ideas. Hasta aquí he venido “cumpliendo” con las decisiones tomadas. Éstas van orientando mi actuar, mis intereses, mis decisiones. Pareciera que sólo tiene que ver con lo profesional.

Quiero precisar que la gracia recibida en los EE marcó no sólo mi dimensión profesional, sino también mis otras dimensiones humanas: como padre, mostrándoles a mis hijas la importancia de una buena formación profesional y que esta formación no debe quedar en nosotros; como miembro de una comunidad  CVX, a quienes les comparto mis sueños, expectativas y ellos me confirman o señalan por dónde es que sopla el Espíritu del Señor; como hijo, “a pesar” de mis actividades, me hace ver y sentir que debo atender a mi mamá en sus necesidades propias de su edad; como hermano, porque con mi proceder voy mostrándoles cómo se puede ser profesional, pareja, padre de bien; como pareja, al compartir juntos nuestras expectativas, sueños, experiencias profesionales, vamos “creando” un camino propio. Es decir, la gracia que se recibe en los EE si bien te llena de alegría y te hace disponible, también ilumina toda tu persona, toda tu vida de manera integral.

Pero al mismo tiempo, esa gracia te hace “centrífugo”, es decir, hace que veas que hay otros, y esos otros tienen necesidades. En mi caso, siento que la educación pública es ese “otro” a quien debo buscar para atenderle en sus necesidades, que como ya hemos visto, son muchas.

Es decir, no sólo se trata de sentirme bien porque el Señor me dio su gracia, sino que ésta me moviliza, me “activa”: primero, para ver mi entorno, al “otro”; segundo, evaluar si las condiciones de ese entorno, de ese “otro”, son las que el Señor quiere para ellos; tercero, qué acciones concretas debo realizar para revertir las “malas” condiciones, para atender las necesidades de ese “otro”. Siento que este es el proceso que seguí para dar respuesta a la pregunta: ¿qué me pide el Señor que haga?

Así, en esta dinámica espiritual, es que empiezo a conocer más una realidad, ya no desde el análisis académico; ahora la empiezo a conocer desde la conversación directa con los docentes, desde el visitar los centros educativos con todas sus carencias, desde el ensuciarme los zapatos porque la escuela queda en un cerro, en un asentamiento humano… y es en esta realidad que también conozco a ese docente de “vocación” y no de “ocasión” que hace maravillas con lo poco que tiene, con el objetivo de hacer de sus niños, niñas y jóvenes personas de bien.

No es necesario hacer un análisis muy exhaustivo para darnos cuenta que las condiciones de la educación pública no son las más adecuadas; de todas las necesidades que padece la educación pública, me pareció importante y urgente atender al docente: mal remunerado, desmotivado, poco capacitado, pero heroico en su compromiso con sus niños, niñas y jóvenes.  Por ello, decidí atender las necesidades de capacitación a docentes en lo referente a la Gestión de la Educación. Porque nuestros docentes son muy capaces en el quehacer del aula, sin embargo, presentan serias deficiencias en lo referente a la planificación, organización, ejecución y evaluación de la actividad educativa, de acuerdo con las últimas directivas del Ministerio de Educación.

Así, luego de ir “peregrinando” por la zona de Lima-Este (Ate, Vitarte, Chalacayo, Chosica) y de ir haciendo mis “pininos” en capacitaciones, la UGEL06 de Ate–Vitarte me convoca para desarrollar una capacitación con aproximadamente 300 personas entre directoras y docentes de Educación Inicial; el tema, Talleres de Fortalecimiento en Proyecto Curricular Institucional de las Instituciones Educativas de Educación Inicial. Al final de la actividad las docentes quedaron agradecidas, porque veían que la construcción de instrumentos de gestión educativa puede ser menos complicada de lo que parece.

Al final de toda esta experiencia, siento que veo con más claridad mi opción, siento que es el Señor quien me “pide”, que mi aporte personal, profesional sea en la Educación Pública, en lo referente a la capacitación docente, porque creo que teniendo un docente capacitado, podrá desarrollar mejor su actividad docente y como consecuencia, la calidad de la Educación que recibirán los niños, niñas y jóvenes será mejor; y de este modo tendrán mejores oportunidades de inserción en nuestro medio social.

Como pueden ver, he intentado “ordenar” un conjunto de experiencias, mociones, sentimientos, que he vivido durante este tiempo desde la perspectiva de fe: mirar mi vida desde la fe en el Señor que me muestra su cariño, y me invita a quererlo en el “otro”.

Para terminar, es posible que otros compañeros CVX docentes estén viviendo experiencias similares, les invito a que “escriban” sobre ellas; sería interesante compartirlas para reflexionarlas conjuntamente y ver que puede salir hacia adelante.


Héctor Saravia Márquez
Comunidad CVX Louis Paulussen SJ

1 comentario:

  1. Héctor, Hola.
    Tu experiencia es maravillosa. Me alegro que siga tu proyección con plena convicción de tu vocación. Dios da mucho soplo divino y energías para proseguir, continuar,alentar y seguir caminando con las Sandalias del Pescador con toda esa Formación Ignaciana que nos formaron y que esa semilla en el corazón siempre florece y se renueve con una fortaleza que mueve montañas. Doy fe también del espíritu de Dios que alimenta nuestras almas continuamente, en todos los aspectos de nuestra vida y la misión que debemos llevar a cabo con alegria como tú lo haces. Bendiciones Colega y Hermano en Xto.
    Bendiciones también a la Compañía de Jesús, Jesuítas del Perú y el Mundo.
    Comunidad JUX.
    Gladys Torres G.
    Ingeniera Química
    rgtoga@hotmail.com

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