23 octubre, 2014

Educación crítica

Foto: Diario La República

por Alonso Nuñez del Prado*
 La paupérrima situación de la educación en el Perú y el reciente debate sobre la nueva Ley universitaria invitan a reflexionar sobre los objetivos que se quiere conseguir con las reformas. Es importante saber a dónde se quiere llegar para decidir cuáles son los pasos necesarios para lograrlo. Creo que el ámbito es muy amplio pero hay algunas ideas que considero importante tener en cuenta.

Desde la educación primaria, pero especialmente en la secundaria, hay que desarrollar capacidad crítica. Educar no es llenar de conocimientos al alumno para que sea capaz de responder exitosamente en un examen sobre éstos, sino darle instrumentos para afrontar los problemas de la vida que, ciertamente, pasan también por cierto nivel de conocimiento. Es sustancial tener presente que la capacidad crítica tiene siempre que empezar por uno mismo, ya que de lo contrario seguiremos encontrando personas con gran capacidad de análisis de las situaciones externas, pero incapaces de ordenar su propia vida.

Algo que no deberíamos olvidar es que el objetivo que hay que perseguir en la educación debe ser la sabiduría entendida como la capacidad de enfrentar los problemas vitales. Así, podemos encontrar a una matrona, a quien la mayoría consideraría ignorante, pero con una sapiencia extraordinaria para vivir y para aconsejar a las personas de su entorno.

De otro lado, me parece equivocado que la educación universitaria deba hacerse a partir de la empleabilidad. Eso es lo que se llama parar de cabeza la figura. Las personas trabajan para vivir y las empresas están al servicio del hombre y es absurdo que éste tenga que adecuarse a lo que las primeras necesitan. Se ha olvidado que todo debe estar al servicio la realización de las personas. No puede ser que éstas tengan que adecuarse a un sistema, sino al contrario el sistema debería estar a su servicio. En consecuencia, es importante que sobre todo se respete la libertad y la gente pueda tomar decisiones que le resulten convenientes y busquen su propia realización. Es evidente que tal cosa no va a ocurrir de la noche a la mañana, pero tenemos que encaminarnos hacía allá.

Otro aspecto fundamental es la formación ética entendida como valor cívico en el que los derechos propios acaban donde empiezan los de los demás, sobre todo si se incluye la idea del hombre como ser social, incapaz de realizarse individualmente y que más bien necesita de la comunidad para su realización entendida como humanización por la que el hombre evoluciona alejándose cada vez más del animal que fue y haciéndose mejor.

La sociedad moderna ha desarrollado una relativa capacidad crítica frente a la religión. En los últimos tiempos, por ejemplo, en el mundo occidental se cuestiona la autoridad de la Iglesia Católica y, sobre todo, su jerarquía. En especial, a partir de sus errores históricos como las cruzadas y la Inquisición, pero también de los más recientes de algunos de sus miembros (pedofilia), olvidando que esta Institución es tan humana como nosotros mismos y exigiéndole santidad. Sin embargo, a pocos se les ha ocurrido hacer un análisis crítico de los ‘nuevos’ ídolos como son el dinero, la fama y el mercado. El hombre ha sido reducido a un homo oeconomicus y sus otras dimensiones ‘olvidadas’. La confusión que existe entre ‘ser’ y ‘tener’ es generalizada, más desde los tiempos de la publicación de la obra de Fromm las cosas siguen igual o peor. Es como si nos hubieran dado un analgésico y nadie quiera recordarlo, pero es evidente que no nos hace más felices ni colabora a nuestra humanización.

Una propuesta concreta de educación crítica que podría ayudar es la de crear un curso en la secundaria en el que se enseñe a analizar la publicidad y la propaganda y cómo mangonean a las personas, de tal manera que éstas puedan tomar decisiones más libres e informadas. Por desgracia, buena parte de la publicidad se aprovecha de la ignorancia de las mayorías para venderles productos o servicios que no necesitan, y sostienen que las decisiones que toman son libres cuando todos sabemos el nivel de manipulación de la media no sólo se da a nivel publicitario.

Publicado en Ideele Revista Nº 244

* Alonso Nuñez del Prado
Magister en Filosofía, miembro de CVX Siempre

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